martes, 25 de agosto de 2015

Música de delirio absoluto... Páez y Moska

Existe una expectativa muy fuerte de este ensamble musical, y no es para menos. Hablamos del primer trabajo discográfico creado en su totalidad por un brasileño y un argentino (favor de hacer caso omiso al orden los factores, ya que no tiene nada qué ver con el número de campeonatos mundiales de fútbol conquistados). Varios medios de comunicación, entre ellos El Financiero, hablan de una conjunción musical con tal impacto, que no dudan en hacer alusión deportiva, al hecho de tener en un estudio de grabación a Diego Armando "El Pelusa" Maradona y a Edson Arantes do Nascimento "Pelé".

Un año y medio hace, de aquel primer acercamiento en Río de Janeiro, y hoy presentan una producción musical de doce canciones inéditas. Hablamos de Locura Total, obra del rosarino Rodolfo "Fito" Páez y el carioca Paulo Corrêa de Araujo, mejor conocido como Paulinho Moska (ignorar por favor el orden de mención, no tiene nada que ver con el número de medallas doradas conseguidas en fútbol rama masculina de los juegos olímpicos).

Hablar de Fito Páez, es tomar en cuenta más de treinta y cinco años de carrera musical, una veintena de discos en estudio, dos largometrajes cinematográficos como director y guionista, algunos premios Grammy Latinos en su haber y el reconocimiento como figura del rock en Argentina. Largos diecisiete años separan a su experiencia colaborativa más significativa, ya que en 1998 decidió entablar una aventura musical acompañado de su amigo Joaquín Sabina, quienes nos obsequiaron un disco impresionante, lleno de altura poética y armónica: Enemigos Íntimos. Las cosas no acabaron tan bien, ya que el choque de ambas personalidades, la forma de trabajo tan distinta de ambos y situaciones personales que sólo ambos conocen, finalizaron con el rompimiento artístico de la dupla. El más reciente disco de Fito, es un homenaje a la figura rockera de Charly García: Rock and Roll Revoluction.

Brasil es un país inmerso en una latinoamérica que lo separa desde el lenguaje, compartimos geografía, sin embargo culturalmente hemos sido paralelos. Nos ha sido en ocasiones ajena su música, sin embargo, en su soledad los brasileños nos han seducido con su alegría y su cadencia. Paulinho Moska participó en la banda sonora de la película Women on Top que protagonizó Penélope Cruz en el año 2000. Nos braços de Isabel es la canción más recordada de esta producción cinematográfica. Vale la pena que el lector escarbe armónicamente la discografía de este genial cantautor, se encontrará con sorpresas agradables, como la colaboración con Jorge Drexler en su canción La edad del cielo

Explorar la riqueza rítmica de ambos bagajes musicales, vale la pena. Los dos autores tienen ese constante aprendizaje viajero, lo que convierte a esta producción en una revisión de una rivalidad futbolística y la conjunción de una selvática Amazonia con la claridad en el horizonte de la Pampa.

1. Hermanos. Abre a toma una guitarra pacífica pero con ritmo, la voz sutil y seductora de Paulinho, atrapándonos en acordes esperanzadores y letra como abrazo de alma. Es el sencillo promocional con video incluído. Tan beatle, tan Stand by me. Dale loco vamos a brillar, canta Fito uniéndose a la pretensión de significar un himno fraternal.

2. Milagros y Heridas. Es el itinerario rockstar (¿imaginario?) que implicó la grabación del disco. Pieza a manera de roadmovie al estilo Paéz que narra las peripecias de fuga, "Nos quemaron los pasaportes" dice Paulinho asustado. 

3. Locura Total. Quizás la composición más caricaturezca del disco, una cadencia muy Moska que nos invita a menearnos en nuestro lugar. La historia hipotética del mito de Diana la cazadora cantando piezas de Dorival Caymmi y durmiendo a sus tres hijos en Bahía, conociendo el amor y dialogando de deidad a deidad con Yemanyá. Es notoria la amalgama creativa en esta canción.

4. Imposible escribir sobre nada. Comienza con sentencias de Páez, como si nos fuera a obsequiar una balada al piano, poco nos dura la idea, comienza un rock a dos voces. Una tempestad de frases, algunas más definitivas que otras.

5. Garota Muchacha. La unión de los personajes de la canción, es como la fusión propuesta entre la música de brasil y argentina. La dançarina de samba y el bandoneonista, el tango del aquél y el ritmo de aquella.

6. Nuestra historia de amor. Esta canción me recuerda mucho a Giros de Fito Paez, revestida con instrumentación latinoamericana. Cadencia oscura, baile ensombrecido por el dolor, samba noir como canta esta dolencia.

7. Onde você passou a noite. El funk brasileño tenía que hacerse presente, acompañado de una sección de vientos. Canción de celotipia en portugués, que suena igual de angustiante como si lo fuera en español, la infidelidad como lenguaje universal. Son muy agradables las pausas que la canción ofrece con sonidos ambientales.

8. Adiós a las cosas. Balada en portugués, voz de Paulinho y piano de Páez, que también concurre al juego vocal. Progresivamente crece en emotividad, una guitarra eléctrica nos recuerda nostálgicamente a Charly García. Podríamos considerarle una especie de grunch latinoamericano.

9. Hijos de Amor. Una samba catequista, se percibe la poesía Moskiana, a la que Fito secunda como cadáver exquisito. Una doctrina evangelizadora del amor, All you need is love para bailar. Sólo amor nos abrazará al final. Sólo un fade out podría acabar con el infinito de esta homilía.

10. Todas las cosas que están en el mundo. Si pudiera haber un referente de coqueteo musical unificador de ambas culturas para estos dos autores, sería Caetano Veloso, se percibe la admiración a él, en esta canción. Cadenciosa y alejándose del ritmo en cuatro tiempos. Armónica y sutil, tierna e impredecible. Harto de tanto bla bla bla.

11. Brillante. El Circo Beat de Páez vino hasta esta locura. Vientos beatlezcos, pianos rockeros y fragmentos de Back in Bahía, de Gilberto Gil. Improvisación vocal al final de la canción.  

12. Flores de abraços. La esencia idiomática del álbum la encontramos como telón festivo, como créditos musicales de una película que marca una unión latinoamericana. En español, es portugués y en portuñol, Cruzando fronteras... una América entera, continente de amor. Como post data en una carta romántica, Una América viva nunca más repartida piden Páez y Moska como retribución a su joya discográfica.

Después de este viaje musical, es menester acompañarlo con un manjar gustativo más integral que los anteriores. Propongo, aunque no signifique el maridaje perfecto, un imponente Churrasco aparejado de la Caipiriña, o si usted lo prefiere, la Picanha bebiendo Mate. Déjese llevar, lo importante es disfrutar.



  


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